Elias Castellano Blanco

LA BARQUILLA DE MIS PENAS

 

Desde Córdoba a Sanlúcar

por una vereda de agua,

la barca de mis ensueños

ondea sus velas blancas.

 

¡Camino de los caminos!

Guadalquivir que en sus aguas

es guardián de mis suspiros.

 

Te quiero. Son dos palabras.

Dos palabras que grabaste

sobre el pezón de tu pecho

cuando tu me amamantaste.

 

¡Ay, camino, caminito!

Guadalquivir que en sus aguas

es guardián de mis suspiros.

 

Y hoy que sin rumbo navega

la barca de mi destino,

yo le bordé un beso grana

en su bandera de lino.

 

¡Camino de los olvidos!

Guadalquivir que en sus aguas

es guardián de mis suspiros.

 

En ella van mis recuerdos.

La caricia de tu boca.

y el eco de tus pasitos

que el viejo puente me evoca.

 

¡Camino de los caminos!

Guadalquivir que en sus aguas

es guardián de mis suspiros.

 

Y Córdoba ante mis ojos

deslumbrante de belleza,

me ofrece su hombro cansado

con orgullo y entereza.

 

Ay, caminito, camino.

Camino que nunca para.

Guadalquivir de los montes,

¡Qué amargas se hacen tus aguas!