Si el costo de amar era de alto riesgo, así seguiría intentándolo,
como los tercos costos que me cobrarías, las heridas que me causara el olvido.
El costo era olvidarme a mí mismo, no lo dudaría, hasta llegar a tus pies,
era terco de ser amado por tus besos y tus ojos, que amar pasó al olvido,
a una obsesión por unos besos y un \"te quiero\" de tus labios.
El costo del amor era alto, sin darme cuenta que la migaja,
era antes pedestal que te ponía.
Amar no duele, querer sí, a unos labios que dicen amar, que sus labios
dicen ser de caramelo a sabor cereza, mientras te lleva tentándote
a un oscuro y largo rincón del amargo licor del olvidó