Parangón
Si notas, ¿quién al mundo desafía?
El rico en oro, o el pobre en pensamiento;
en sus vidas se abraza un gran tormento,
el dolor, su constante compañía.
El pobre, en su tristeza, la alegría;
el rico, en su riqueza, su lamento:
cada ser en su propio sufrimiento,
no duerme ni de noche ni de día.
Por eso, la razón es un motivo,
y juntas, la evidencia lo concreta,
dejando en pleno vuelo al más altivo,
alzando las palabras del profeta:
no temas ni desmayes que estás vivo,
contigo la esperanza se completa.
Samuel Dixon