La vida, un laberinto de senderos y espinas,
donde el tiempo vuela y el alma se afina.
Subimos y bajamos por la montaña rusa,
buscando la paz en medio de la farsa.
En cada amanecer, una nueva oportunidad,
de sanar heridas y dejar atrás la ingratitud.
La felicidad no es un destino, es un viaje,
un camino a recorrer, paso a paso, sin prisa.
Aprender a amar nuestras sombras y luces,
aceptar nuestras limitaciones y nuestras cruces.
No somos perfectos, somos humanos,
y en la imperfección encontramos nuestra humanidad.
Crecer es cambiar, es evolucionar,
es dejar atrás lo viejo y lo que ya no nos hace bien.
Es abrir los brazos a lo nuevo, a lo desconocido,
y encontrar la belleza en cada pequeño rincón.
Que este nuevo año sea un renacer,
una oportunidad de empezar de nuevo y crecer.
Que la felicidad sea nuestro guía,
y que en cada paso, encontremos la alegría.
JTA.