Llueve despacio
al final del año;
cae un proverbio,
un fragmento de tiempo
que no vuelve más.
El año se marcha
con pasos mojados,
dejando en el aire
silencio, memoria,
y todo el sentir.
El cielo está gris,
color del final,
la sombra que queda
cuando el tiempo pasa
y el ciclo se cierra.
Llueve en mi alma;
y solo resuena
el eco profundo
de mis sueños
rugiendo en los charcos.