Río Genil, venero en la distancia,
plácida fuente de la que bebía
cuna de los recuerdos de mi infancia
destello de belleza y energía.
Desbordado de furia y resonancia
con reflejos de verde lozanía
a las huertas las cubres de fragancia
ungidas de color y de armonía.
Desciendes de las cumbres de Granada
por Rivera del Valle culebreas
repartiendo tibieza y elixir.
Al pasar por Astigi cual espada
con perfiles de plata la bordeas
y en brazos mueres del Guadalquivir.