Andas mascullando y no sé lo qué piensas.
Te lo pregunto y recibo un cuchicheo raro.
Nada argumentado, como son las defensas.
Más que, respuesta se asemeja, al disparo.
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¿Qué motín habrá en tu mente, pregunto?
En verdad, se conoce a la gente, en reposo.
No me gusta mucho saber sobre tu asunto.
No me incluyo en eso de: Mija: es tu esposo.
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No imagino a un marido, ojeando mi diario.
Válgame Dios y su ayuda, si algo así, pasara.
Creo que me agendaría un inmenso apiario.
De cierto, pediría que Él, jamás, eso pensara.
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¡Mal dicho del Cura es su: ‘Hasta la Muerte’.
Nadie puede vivir obligado a la mala suerte!