Andy Lakota👨‍🚀

NO PODRÍA LLAMARSE DE OTRA MANERA

 

 

Un libro abierto con su separador sin sospecha

                       De su mortandad;

Otro - libro- que debajo espera emigrar 

La desgana y lo útil sea palabra que salga

                      A dejar huella. 

Una pequeña roca con un orificio donde 

La pluma erguida encuentra aposento parece

Haber dibujado insogne.

El cargador del móvil desparramado donde

Lo mismo el satélite pasaba por un iglú Inuit 

Que por la árida tierra de un Tuareg sabiendo 

Que el tiempo no es ninguna memoria, y eso

Sin contar, lo cuento, cómo bailan los lobos

Alrededor de un buen fuego donde Tantanka

Se dejó ver y provocar danza.

Una pequeña lámpara de Saturno que sabe

Que la luz, aunque lejana, llega justo para

Considerarse hermana de solitaria vela.

Un rayo de luz plateado entra por las rendijas

De la persiana formando luceros y me

Recuerda que la noche también guarda granizos,

Entonces, en ese mismo instante, aparece

Una zapatilla divorciada esperando reconciliación, 

Lo bueno es que no hay que pagar a la iglesia, 

Eso significa la ausencia de testigos para volver

                              El, sí, quiero. 

De ninguna huella se diría el que graba

En el lodo de otra forma, perdería toda semántica,

Por eso la oquedad de mi habitación no se podría 

Llamar de otra manera y se llama como yo

Donde, no siendo mundo, lo es y no posee

                             Fronteras.

Mi escritorio es un ejemplo vivo de mi nombre

Y apellidos donde eso que escribo no duda

De su existencia y proclama clandestino: no,

No podría llamar ni llamarse de otra puritana 

                             Manera.