Sentada bajo el árbol de la espera
Con las manos temblorosas
Las ganas ansiosas de verle nuevamente
Mis anhelos lo vislumbran a lo lejos
Mi corazón comienza su trote,
Y El espíritu se me sale del cuerpo.
El nerviosismo se vuelve mi dueño
Las palpitaciones una canción
Y el beso tan ansiado, mi júbilo.
Me rindo a la merced de sus labios
El calor de su saliva penetrando mi boca
Sus manos queriéndome tocar.