José Luis Galarza

El vientre de la tierra

 

Golpea la tierra, y suplica, 

derrama lágrimas.

La humedece de ternura,

para despertar su vientre,

para calmar su hambre

y el de tantos

que la creen yerma

porque pierden la fe. 

 

Sabrán, es la conciencia.

Caen en la desesperación.

Porque han roto el vínculo

que sostuvo estrechos lazos;

el himen de la honradez

que daba trato de alimento

y no de mercancía 

a los frutos de la tierra.

 

La tierra ahora aguarda,

espera un reencuentro.

Está en reposo. 

Es un llamado su vientre. 

Germina para una familia,

con el objeto de calmar 

las inquisitivas cuencas de la pobreza,

granos se abren con esperanza,

frutos se derraman hasta saciar

la ambrosía del que vive.

 

Espera. Late agitado su corazón.

Aunque a veces 

tenga apariencia de páramo,

de pobre vegetación,

de desierto, de soledad y dureza,

y la piel esté reseca y estéril

sigue siendo hogar. 

Revulsiva del mismo candor.

La misma vida en su vientre.

 

Duerme ahora y sueña.

Recuesta su cabeza en la tierra

casi sin fuerzas.

En la llama de los relatos

se entrega tiernamente 

y acaricia a su madre. 

 

José Luis Galarza (Argentina, 2024)

 

\"Niña llorando\" de Oswaldo Guayasamin