alicia perez hernandez

REGALO DE NAVIDAD…

REGALO DE NAVIDAD…

Te hubiera amado como a muchos y olvidado como a todos. Pero no fue así; llegaste a mi vida y te quedaste a vivir en ella desde ese día, te quedaste atado a mi vida como un lazo que no fácil se rompe, en esa trampa de amor me quede en tu vida hasta el día de tu muerte, sigues vivo en el recuerdo. Sembraste tu semilla en mi vientre con tanto amor, y fueron el fruto de ese amor tres hermosos seres humanos, son unos maravillosos hijos, son responsables de su vida así como les enseñaste tú, y de esa manera honran tú nombre muy orgullosos. Tenemos dos maravillosos nietos, ellos ya van a la universidad, siguen la huella de su padre, son trabajadores y estudiosos, me doy cuenta que a tus hijos los enseñaste bien, no me dejan, siempre tienen cuidado de mí, sin yo pedírselos, son muy responsables, igual que lo fuiste tú, son proveedores y nada me falta, gracias a Dios, ellos son hijos modelos, Cecy es empresaria, ya pronto haremos otro viaje a España, a ti no te toco disfrutar de los frutos de tus hijos, Mario califica a agentes de vigilancia dándoles capacitación, Julio administra una empresa que ya desde hace más de 10 años. Yo soy amada y cuidada por tus hijos y nietos, nada me falta, tengo todo, pero no te tengo a ti, mi gran amor.

Yo paso las noches abrazada a tu almohada sintiendo tu cuerpo tibio, huelo el perfume de tu piel que aún conserva esa almohada, y siento la humedad en mi vientre porque allí pervive tu presencia y la lluvia blanquecina que brota desde lo más oculto de mi cuerpo, las noches en mi cama son intensas con solo pensarte, mi pensamiento riega tu agua en mi sequía, como aquellos veranos de fecundación, de las lunas rojas, de octubre, que nos acompañaban entrando con su luz por la ventana, y el símbolo rojo de la pasión, nos encendía como fogatas a media noche y nos consumíamos en el fuego como leños encendidos.

Esta navidad, pensé en tu regalo de esa última vez, que nos sentimos con el fuego de ese invierno, tu calor abrigó mi cuerpo húmedo con tu cuerpo, esa blanca mañana, parecíamos recién casados nos pasamos la saliva de boca a boca, amándonos, sintiéndonos bajo las sábanas rojas de pasión. Desperté de ese sueño, que sedienta de amor te tenía igual que otras blancas navidades, mi amor eterno sigues vivo en mi piel, sigues aquí junto a mí todo el tiempo. Los cielos no te pueden contener y esperas por mí en la mansión de los cielos eternos, para seguir amándonos eternamente. 

Foto con mis tres hijos, de izquierda a derecha Mario, luego yo, Julio y Cecy

Alicia Pérez Hernández...México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

Tu \"SILENCIO\" partió mi corazón en dos pedazos

Se desprendió mi sangre para formar tu cuerpo.
Se repartió mi alma para formar tu alma.
Y fueron nueve lunas y fue toda una angustia
de días sin reposo y noches desveladas.

Y fue en la hora de verte que te perdí sin verte.
¿De qué color tus ojos, tu cabello, tu sombra?
Mi corazón que es cuna que en secreto te guarda,
porque sabe que fuiste y te llevó en la vida,
te seguirá meciendo hasta el fin de mis horas.

Se desprendió mi sangre... - Concha Méndez