Agotado de buscarte entre la niebla,
cruce la espadaña, la boca suspiraba
un hálito de eco que aireaba besos.
Cuando miro atrás veo un velo
blanco esperarme, las campanas
tañen mis gemidos lamentos.
Cierro los ojos, cierro el corazón
y siento como el amor se escapa,
huye de mi gimiendo, huye de mi
lentamente en silencio.
Roe, muerde, devora, descarga
tu furia en mi puerta exprime
el silencio de la aurora,
También en la noche y en silencio
se ama. Hay ojos que suspiran
al quebrarse la luz y unos labios
ardientes esperando ser besados.
El aire teñido de ambrosía se ciñe
al cuello como un pañuelo de seda.
¡Que frágil es el amor soñado¡