Te di mi sol, mi clara mañana,
y tú me diste noches sin abrigo,
te di mi sangre, mi vida temprana,
y ahora me pierdo, solo, en tu olvido.
Te di mi canto, mis versos errantes,
y tú callaste, muda en tu rincón,
te di mis pasos, caminos distantes,
y tú borraste huellas de mi hijo.
Te di mis sueños, mis alas al viento,
y tú quebraste el vuelo en un suspiro,
te di la fe, el amor, el aliento,
y tú sembraste penas en mi río.
Te di la vida, la flor que no muere,
y tú marchitas lo que era eterno,
te di mi alma, que aún te prefiere,
y tú me arrojas al más frío invierno.
Te di mi todo, sin miedo y confiado,
y tú, ¿Qué me das en este presente?
Un corazón roto, un pecho callado
y un eco triste que sin amor se siente.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / enero 2025