No quiero que acabe el día.
Es infantil, lo sé.
A veces intento prolongar mis noches
con la esperanza de que no llegue ese mañana.
Aunque sé que terminaré sucumbiendo...
Mis ojos cansados me traicionarán
como ha sucedido en otras ocasiones.
Mi mente incontenible entrará en letargo...
ya me ha pasado.
Al despertar
la realidad me golpeará
contundente, incesante, implacable, impasible... mañana.