nachosol

Hambriento de luz, huérfano de silencio

Hambriento de luz, huérfano de silencio,

los ojos cegados por los labios codiciados,

las manos encadenadas a una mirada, frente

al precipicio del desamor, de espaldas a la sima

contemplando como las estrellas se alejan

crepitando con el tibio brillo de las luciérnagas.

 

Hay un hombre oculto en su mirada

una nube lapislázuli de pétalos,

flor cubierta en la verdura escarlata,

desbordante de perfume, flama eterna

en el crisol de la esperanza.

Una luz blanca en el follaje oscuro

en un bosque impenetrable.