Ahora entenderás mi silencio
pues ya voy en busca de conocerme,
ya que solo así he de tranquilizar al ego
que no me permite acercarme a nuestro Señor,
pues es quien obstruye mi camino de regreso,
siempre distrayéndome,
alejándome de su grandeza,
impidiendo que lo conozca,
negándome su mistad.
Vivo alejado de la realidad
por falta de entereza
y por no haberme dado cuenta de la verdad.
¿Por qué he vivido tan ciego?
Apegado a lo material,
ignorando su amor.
En Él se encuentra la misericordia,
el amor es su infinita grandeza,
como maestro su nobleza se expande,
orientándome para que me conozca
a través de su amistad y de mi respeto.
Ver a Dios como el amigo cercano
es una bendición.