Noche de tango y arrabal, noche de copas sangrantes de Malbec Mendocino y acordes de melancólicos bandoneones .
Noche de sensualidad desbordante en medio de notas de violines y danzares eróticos.
Noche de minifaldas brillates y piernas infinitas trenzadas en malabares de delirio.
Noche de lágrimas y extasis, noche de despedida, mi Buenos Aires del alma.