Esa tarde el latido ganó la escalera
procurándose un privilegiado lugar en la torre
Se comportaba de forma undívaga
Pues le conducían, las pasiones más bajas
Mientras buscaba refugio
En aquellos ápices cálidos
Custodiados por dos comisuras
Que se manifestaban
Cuando se escapaba una sonrisa
Otra tarde, cuando los hoyuelos se rellenaron
Se tenso la piel de sus mejillas doradas
Apareciendo la mueca de desagrado
Que le condenó al destierro.
Ese mismo corazón rodó peldaños abajo
Hasta caer al estomago
Empezándose a digerir
Entre abandono e indiferencia
Mutando en una masa desconocida
Esta tarde, esta tarde
No quiere volver a trepar
Se acostumbro al olvido
Se consuela en soledad
Con el recuerdo de lo vivido
Prefiere retozar
Con la prudencia del malherido
Pues se intenta apretujar
Para que ella no perciba su sonido
Ryan Pires ___✍🏽©