Una torre se va de paseo
y deja en silencio su gran campana,
busca un país sin nombre y sin apellidos.
Un pájaro grita que posee dos almas,
una que sueña y otra que escribe,
una que es humo y otra cenizas.
una que reclama la dulce brisa, otra remienda sus tristes trizas.
Los rezos llegan al cielo vestidos de plumas verdes,
plegarias reclamando la clara luz del día.
Las lenguas se mezclan en este infierno, el fuego quema hasta el agua fría.
Un bosque se abre de sed profunda.
Un duende llora un mar perdido,
un golpe de hacha lo a partido.
La calabaza sueña que a casa volvía
y que en tazones su miel de acacias bebía.
P SABAG, safe creative.com