EDGARDO

Balada para Dunia de los Ángeles

Dunia de los Ángeles              

Eres el verso que mi alma anhela,
La tinta que mis sueños revela.
Tu belleza, un hechizo que me cela,
Un enigma que mi mente desvela.
Contigo, el mundo se vuelve más bello,
Y mi corazón late con más anhelo.
Eres mi musa, mi estrella, mi cielo,
El amor que la vida me regaló.                               
   Tus ojos, dos estrellas que brillan en la noche,
   Reflejan el universo, profundos y bellos.
   En ellos encuentro un mar donde navegar,
   Un misterio infinito, lleno de hechizos.
   Tu cabello, una cascada de oro,
   Baña tus hombros con suave encanto.
   Cada mechón, un sueño que se desborda,
   Una caricia que calma mi llanto.
   Tu piel, como pétalos de rosa,
   Suave al tacto, delicada y pura.
   En ella, el tiempo no ha dejado huella,
   Eres la belleza eterna, la más segura.
   Tus labios, rubíes que pintan sonrisas,
   Susurran secretos que enamoran el alma.
   Con ellos, pronuncias palabras que hechizan,
   Y mi corazón se entrega a tu llamada.
   Tus manos, esculpidas por los dioses,
   Crean maravillas con un simple gesto.
   En ellas, siento la calidez de tu amor,
   Un refugio seguro, un eterno beso.
   Tu cuerpo, una obra de arte perfecta,
   Una sinfonía de curvas y líneas.
   En cada movimiento, una danza secreta,
   Que inspira mis versos y mis pasiones.
   Tu sonrisa, un arco iris que ilumina mi día,
   Ahuyenta las sombras y llena de luz.
   Con ella, el mundo se vuelve más alegría,
   Y mi alma encuentra su paz absoluta.
   Eres la mujer más hermosa que he conocido,
   Un sueño hecho realidad, un regalo del cielo.
   Contigo, la vida cobra un nuevo sentido,
   Y mi amor por ti crece cada segundo.