Soy desdichado, sin nada en el mundo,
en vez de alegría ¡tengo tristeza!...
Y en vez de compañía, Soledad,
en vez de amor, desprecio.
Gracias a este corazón, que se ha vuelto de acero,
he podido resistir,
pero se ablanda muchas veces,
al acercarse al fuego,
y en esos momentos quisiera morir.
A la soledad, mi fiel compañera,
le pregunto noche a noche,
cuando podrá acabar mi tristeza?
¡Pero no responde!...
Cuando llego a casa,
quisiera encontrar
esa dulce sonrisa que alegra mis tardes,
más me encuentro, con el silencio
fúnebre y sombrío,
tomo asiento quedándome pensativo…,
vierten lagrimas mis ojos,
porque la soledad, me seca el alma,
cual planta sin lluvia va secando sus ramas.
Cuando he entregado el alma
me han pagado con traiciones,
es por eso, que no dejo de sufrir.
Estoy resignado a sufrir,
del silencio, la tortura, y de la soledad.
la tristeza. Pues es así mi vida
no la puedo cambiar.