Como gotas sutiles de rocio
caen las lágrimas al vacío
Y se pierden en el vago estío
en las noches de austero frío.
Intrascendentes e inmutables
se dirigen a lo inalcanzable
se evaporan se hacen inefables
mueren volviéndose indelebles.
Quieren infundir compasión
en las noches de aflicción
solo se hunden en desolación
caen a tierra en total inanición.
El crudo invierno las congela
el ávido calor que anhelan
no las toca menos calientan
y las lagrimas no se develan.
Para que derramar lágrimas
si la indiferencia brutal abruma
mejor es que el dolor consuma
al lacerado corazón que brama.