Ocurre que el viento me susurra tu nombre, que la lluvia me trae tus caricias.
Ocurre que la sal del mar me besa con tus labios y que la luz del día me envuelve y desvela.
Ocurre que todas la noches son tuyas, que la luna me recuerda tu piel y tus formas y que cada estrella es una mirada que hiere y se adentra.
Ocurre que te llamo rosa y azucena, lirio de penas encendidas y clavel que al alba me espera.
Ocurre que ya no tengo tiempo para vivir como vivía y que cada mañana es una chispa eterna en tu hoguera.