Del jardín resplandece el tulipán,
joya de satén que en calma reposa;
sus pétalos de elegante champán,
forman un paso de dama donosa.
Bajo el cielo de azul su brillo asoma,
como un fanal que señala el sendero,
color pastel que desvela la bruma,
con un aroma brillante y ligero.
El rocío engalana su hermosura,
en la mañana soleada y clara,
las luces reverberan la textura,
de un óleo que jamás se separa.
Oh, tulipán, símbolo de la vida,
con tus matices hallamos consuelo,
un regalo de la tierra querida,
gotas de aromas que llueven del cielo.
Tus colores y tonos de coral,
embellecen la tierra de alegría;
perfil de baile en un vuelo sensual
que destierra toda melancolía.
Tulipán, fértil cáliz siempre eterno,
ciclo de esperanza y de renacer,
con tu silueta fecundas un tierno
amanecer que vuelve a florecer.