En la arena reposa la lagartija,
pequeño rayo de sol en la calma,
brilla su piel como hoja de palma,
y el viento acaricia su frágil franja.
Veloz escapa, la sombra la atiza,
se esconde y asoma con gracia leve,
se funde en la luz, y cuando se mueve,
dibuja en la arena su danza lisa.
Reflejo fugaz de un mundo escondido,
contempla la vida desde su umbral,
respiro entre dunas, cuerpo tendido.
Serena habitante del arenal,
caminas con pasos de sol temido,
guardando el secreto de tu ritual.