EDGARDO

Mi corazón te pertenece

Un sábado de febrero, mi corazón saltó,
   Al verte llegar, mi alma se iluminó.
   En ese instante, supe que había encontrado,
   El amor de mi vida, el que tanto soñé.
  Pura, tierna, sencilla, de noble corazón,
   Admiro en ti virtudes que no se encuentran.
   Tu sensibilidad, tu alma de algodón,
   Me hacen sentir en el cielo, cuando estoy a tu lado.
 Juntos hemos superado momentos de aflicción,
   Desilusiones que la vida nos presentó.
   Pero tu amor, cual bálsamo de curación,
   Siempre ha estado ahí, para confortar mi corazón.
 Temo perderte, es un miedo que me asalta,
   Pero la esperanza crece día a día.
   Quiero curarte las heridas, y que mi alma,
   En tu amor encuentre la paz que anhelaba.
  Soñamos juntos, bajo un cielo estrellado,
   Una vida en armonía, con Dios como guía.
   Dunia de los Ángeles, así te he llamado,
   Mi sueño hecho realidad, mi alegría.
  En tu mirada, un océano profundo hallé,
   Donde mi alma naufragó para renacer.
   Un amor tan intenso, como el sol al caer,
   Que me envuelve en su calor, sin poder escapar.
 Juro amarte siempre, hasta el fin de mis días,
   En cada amanecer y en cada ocaso.
   Eres mi refugio, mi alegría, mi oasis,
   En este mundo tan lleno de caos.
  Gracias por tu amor, tan puro y sincero,
   Por cada sonrisa y cada abrazo.
   Eres mi bendición, mi tesoro preciado,
   Y te amaré hasta el último latido de mi corazón.
 Sueño con envejecer a tu lado,
   Con nuestras canas y arrugas de amor.
   Ver crecer a nuestra familia, bajo nuestro cuidado,
   Y compartir con ellos cada atardecer y cada aurora.
  Dunia, mi amor, mi vida, mi todo,
   Eres la razón de mi existir.
   Te amaré por siempre, bajo cualquier cielo,
   Y juntos, hasta la eternidad, seguiremos.