Desapareció una noche,
entre copas y ayeres,
iba acompañada de fantasmas,
acosada por mariposas y placeres.
Caminamos por el viento,
habían soledades y algunas flores,
nos en conocimos la inocente felicidad;
la niñez y su frágil eternidad.
Desapareció una noche,
dejando un vacío entre letra y letra,
su vida fue el eco del cometa,
en este olvido que todo concentra.