Te deseo a tal punto que en mis sueño más profundo sigo encontrando tus labrazas.
Quiero escuchar tu voz a media noche, desnuda y desplazarme entre la silueta de tu cuerpo y la mía.
Quiero sentir el sudor corriendo por mi frente mientras te hago mía y hacerte sentir el amor mi vida.
Espera... No te vayas, odiaría tener que despedirme de tus labios adictivos que sumergen los míos en la suavidad de nuestras pieles bajo las sábanas.
Tengo dos cosas que regalarte: una eternidad contigo y una vida conmigo.
¿Cuál escoges amor mio?
¿Aun sigues pensando que te tengo en el olvido?
¡Que equivocación has cometido!
¿Acaso no sabes que ya eres parte de mis delirios?