A la vuelta de la esquina vive Blas
El que está siempre al compás
De una música anodina.
Y detrás de el habita un señor
Que si toca el trombón
Vuelve loca a la vecina.
Más allá hay un pianista en el tejado
Y de allá del otro lado
Mora un oficinista
Canta y es aficionado.
A la plaza llegan siempre tres sorditos
Que hacen un ruido exquisito
Cuando zumban un teclado.
El del saxofón que ama la trompeta
Cuando se marcha Julieta
Toca un bombo muy deseado.
Si no fuera que es hermano del alcalde
Yo lo habría asesorado
Y que fuera realista.
Hay Vivaldis
Hay bajistas
Terroristas
Hay de todo.
En mi barrio está la música a la vista.
.-¿Hay canarios?.
.-Si
Pero son seminaristas.
Aquí todos son artistas de salón
Desde el gato hasta el perro dormilón
Todos cantan hacen payas y no espantan
¡Que se vayan! Dicen todos los que sufren
En mi humilde callejón.
El que sea canta tango o folklore
Muchos de ellos sin un mango y el cantor
Que teníamos ¡triunfó!
¡Se lo digo yo señor!
Si son mías las canciones que llevó.
.-¿A Nueva York?
¡ Es un artista!
.-¡Es un ladrón!
.-¡Pero es un triunfador!.