Bernardo Arzate Benítez

Un momento de paz.

 

 

 

Todavía estaba oscuro cuando desperté;

una ligera lluvia se oía sobre el tejado,

y su sonar me confortaba.

Me sentí seguro y amado

y traté que esos sentimientos me inundaran.

 

Era una mañana tranquila;

los pájaros aun no cantaban.

El sonido de algunos carros se oían a la distancia.

¡Ah, que sensación de paz,

me sentí agradecido!

Cerré mis ojos y respiré profundamente,

deseando que ese momento fuera para siempre.

 

 

Autor: Bernardo Azate Benítez