Hernán Mejía Silva

UNA TARDE EN EL JARDÍN

Corría el sonido del agua

y volaban los colores,

bajo un cielo esmeralda,

sobre una tierra escarlata.

 

La mente se iba aclarando,

un respiro para sus rencores,

llegó el alivio en segundos pasados,

lloraron las nubes de plata.

 

Algún día brotaran sus flores,

iluminadas de sonrisas pasadas,

las raíces de cariño alimentadas,

brotando los recuerdos de los seres amados.