felix rizo

CANTO XXVII

CANTO 27

 

Otro año, otros caminos,

luces en el firmamento

que se forran del olvido

como ráfagas del viento.

 

Un año cae, otro muestra

su cara de niño nuevo,

contra el viejo que se marcha

hacia el olvido de un sueño.

 

Y van cayendo uno a uno

de la vida, los misterios

en un eterno dilema

que se pierde como un eco.

 

Otro año, tiendan al fresco

los malestares del cuerpo,

que se va alejando pronto,

un año, aunque acabado,

no deja de vez en cuando

renovar viejos recuerdos.

 

Viejo año, no se lancen

con tanta prisa hacia el nuevo,

sin contar cada deseo

que se elevó con su gloria,

uno a uno, fuerza y visión

con los meses que se fueron.

 

Un año más, las gaviotas

alzan su vuelo hacia el cielo.

Un deseo corto y sentido,

se atesore en nuestros pechos:

que por los cuartos dormidos

entre un soplo de ilusión

hasta que muera el invierno.

 

Año nuevo, nuevos cantos,

arenales del desierto,

que van dejando en tus pasos

las palabras del silencio.