Oh su merced la cual eres mía ahora, sol de mis mañanas y lumbrera en mis noches.
Cuan bella es eres y con inigualable hermosura.
Con sabor vino, té y coraje; con sabor a frescura, cerezos y frutos secos; con sabor a sueños, dolor y llanto.
Es que tu eres la razón por la que hablo, la razón por la que vivo y la razón por la que respiro.
Si supieras amor mio que para mi tu eres lo más lindo.