Eres amor, la razón,
la raíz de toda la vida;
eres la senda perdida,
y la luz del corazón;
eres pureza y pasión,
eterna antorcha encendida,
intención comprometida,
sacrificio y redención;
eres entrega y ternura,
eres pureza y candor,
la inocencia y el cariño;
eres la emoción más pura,
de inmortalidad, la flor:
dulce presencia del Niño...