José Luis Barrientos León

Longevo

 

El obeso cuerpo está infiltrado de olvido

con su piel estrujada por el tiempo

inhalando la aspereza de los recuerdos

soportando sobre las espaldas

las agudas horas que se marchitan

 

La frazada de la noche

acerca los labios al relicario

para saborear los misterios de la esperanza

justificando el abrazo de la muerte

con eternidades prometidas y ofrendas

 

Es el cuerpo devorado por el tiempo

que danza con inocencia sobre anhelos

tentando con los dedos los secretos

de senos que florecen como lirios

exhibiéndose púdico ante el espejo

como imagen cubierta de margaritas