Te encuentro siempre,
en cada sombra que se asoma,
en roces de viento que acarician
las heridas de mi alma.
Busco mi corazón,
navegante de cielos profundos,
surcando océanos de anhelos,
¿Dónde te has escondido hoy?
Es como si fueras el pulso
que late en cada rincón del mundo,
la marea que sube y baja,
el eco de un canto olvidado.
Eres el centro de mi universo,
en noches despejadas de estrellas,
tu amor es la luz que me guía.
Por ti, siempre,
mi corazón encuentra su compás,
teje puentes sobre abismos vacíos,
vuelan los suspiros
hacia tu abrazo eterno.
En cada búsqueda,
una lección de dulzura amarga,
porque encontrarte es perderme,
desvanecerme en tu mirar.
Pero, aún así,
desearía ser viento,
moverme sin límites,
tocar tu esencia,
recordarte
que a cada paso
mi corazón busca su hogar.
Andrea ©