He visto tus heridas vestidas de orgullo,
y sé que tu corazón es un cristal frágil protegido por espinas.
A otros les das la llave de tu abismo,
pero yo, el que espera, no soy digno de la aventura.
¿Es mi corazón llamando el que paga el pecado de otros,
o tu silencio un muro que construyes a diario?
Podría cruzar montañas y morir en el intento,
Pero si tuviera tu reconocimiento, todo valdría la pena.
Mi amor es un canto que se ve opacado por tus lamentos,
una canción perdida en el ruido de tu ajetreado día.
Las memorias no te permiten avanzar,
siendo recuerdos amargos que niegan tu oportunidad de volver a amar.