¿Quién ama a Sion con corazón de niño?
¿Quién que palpite por su salvación
y un día sueñe con escudriñar
por las piedras dispersas de su Templo?
En el viento de Sion tendremos alas;
allí la voz será de libertad.
Porque el amar a Sion
es conocer la voz del que vendrá.
Los caminos de amor llevan a Sion.
Querer el bien de Sion
es portar la alegría de la luz.