Justo cuando la fe se desvanecía de fuerzas su ser se colmó.
Ella frenó y reflexionó, y es que amar es para valientes y yo cobarde no soy.
Cuando me amé de verdad la felicidad apareció, llegó vestida de novia con traje azul se vistió, tulipanes blancos en su mano y una sonrisa de Dios.
Sobrevivió mil miserias, traumas y desamor.
Sobrevivió a la angustia, a la perdida y a el dolor.
Pero mas fuerte renace porque la fe la guió, hacia la fuerza mas grande, que es la fuerza “Del Amor”.