Querida Raquel.
Me refiero a ti así aún si saber del afecto de tus cercanos, pero sabiendo de Dios, quien siempre te ha amado.
Te pienso, aún sin conocerte, sin saber si nos llegamos a cruzar, muy probablemente. Te pienso.
Pienso en si no extrañarás el aroma del café, la sensación del sol en tu piel, o la tibieza de tu cama.
Ahora duermes para siempre, pero estás helada.
Pienso en tus últimos momentos, tu miedo,el sofocamiento y tú dando vueltas sin saber controlar el enredo en tu pecho.
Te pienso agitada, asustada y cansada.
Y luego cayendo, como pluma.
Raquel, te pienso, nunca supe de ti.
Ahora sé tanto, algunos detalles escuchados, muy pocos, y otras cosas que sé porque nos unían.
No puedo evadirte ahora, te pienso,te pienso, y quiero, anhelo, verte, abrazarte, escucharte, cruzarme contigo.
Ver tus ojos, llorosos, enojados, alegres, pero ver tus ojos vivos en alguna emoción.
Ya no estás, no sé a donde irás, pero sé que vivirás en mí, que orarè por ti y los que como vos temblando están, al borde de sí mismos.
Ya no estás, quizás pensaste que estabas sola, y tan solo nos distanciaba una calle.
Quizás pensaste que el mundo estaría igual sin vos, lamentablemente no se detiene, la gente no se percata, pero te aseguro, aún en el bullicio de los que hacen danza en el parque, de quienes salen con sus perros, y los enamorados del mundo...
...el mundo no está igual sin ti, una parte de él ha muerto, y pequeños mundos, como el mío, se han detenido.
Te pienso Raquel, pero no me oyes, nunca me oíste y ya nunca lo harás.
Pero yo te veré, te sentiré, te pensaré.
Querida Raquel, si tan solo te hubieras arrojado a mis brazos, si con tus ojos llorosos me hubiese cruzado, si yo que tan cercana era y lejana a su vez, hubiese compartido un saludo al menos.
Querida Raquel, hubieses sabido que sola no estabas, hubiese llorado contigo, y sabrías que extrañarías el aroma del café de un día más.