Margarita García Alonso

Relata sacrificio a lo Andreï Tarkovski

Relata sacrificio a lo Andreï Tarkovski,

pero el libro es malo,

fosa malévola que contrabandea

especies, con aval de bucanero.       

Escritores de la Corte de Soros

imparten instrucciones para

apogeo ApocalipKitsch

 

  sobre drama triste frente

a casualidad divertida,

abundante virtualidad

y avatares de cuarta o quinta

posición de reemplazante.

 

Historia de pargo dorado,

ennegrecido de absurdos.

 

¿Cómo es esto, se han instalado

sin laguna cerca?

La desgracia parecía imposible,

pero en el rally Fama

poco importa la perspectiva.

A los cuarenta y pico

la artrosis o la obesidad

comienzan a inquietar

a un público con antecedentes

psiquiátricos incuestionables,

 

entre bastidores, el pescado

huele a cerdo y diga lo que digan

tiene tono de ventrículo.

 

Igual desafina en líder de barricada,

mata de risa: toma el poder en Alamar,

edificio tras edificio, Leña y Estornudo

de Gran Tsunami escriben auto- leyenda,

ya vi idéntica Odisea en los 70,

solo que ahora no queda alimento,

ni dólar para pagar entrada.

 

El cine vacío, mientras deslizan el royo

modernidad Made in Rojas,

cierto diseño desestructurado

de piscina para delfines

que premia Miami.

 

El filme no termina,

-si al menos tuviese un león-

esta carísima simulación

involuciona, se transforma

como nunca has visto en

Mega fama sin gluten.

 

Décadas empalmando pájaras,

que no logran el mismo impacto

que una cigüeña juntando paja,

 

sin competencia, quedan dos o tres

que serán despreciados

igual que dos o tres maleteros

de un hotel en Texas reciben

el vómito de borrachos,

 

visan pueblo sin pollo,

se deleitan mientras

nadan en la piscina,

 

larga escena de braceo,

nadan, nadan, nada

 

la élite interactiva

dirige emociones

electro sensibles,

recicla, condiciona a actores,

ahorca a una rosa

en despintada ventana

del conglomerado, zutano,

sale directo para

el aeropuerto y en otra tierra

exhibe gangarria liberadora.

 

Cuando acabe la película,

se devorarán frente a gente

que tiene hambre.

-Insisto, necesitan leones-

Tendrán que levantar culo,

desatar apocalipsis,

como yo desencadeno nervios.

 

Posmoderno, posverdad y otros

trabalenguas neo-castrados

terminarán soplando tubos

en callejón sin salida,

junto a ilustres académicos

que exaltan experiencia

sensorial opuesta.

Tarkovski inmortalizó

la casa en llamas, sin imaginar

 a esta gente de pantano que

con absoluta certeza

instalará lo peor.

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