Alberto Jáimez

QUE SE MUERAN LOS FREUDIANOS

Que se mueran los freudianos,

que se borren las heridas,

los surcos del alma

en tu perpetua sonrisa.

 

Mueran los cognitivos conductistas,

apagando el fuego de los labios sin besar,

salvo los tuyos, manos y palabras

que esperan, despiertan.

 

Ahora que amanece

se borran tus libros, tus poemas

como abanicos en tu cama

de extensas sábanas arrugadas.