En el dosier de tu mirada clara,
se escriben los secretos del anhelo,
un mapa celestial, un puro cielo,
que el alma en su vacío le repara.
Tus ojos, dos diamantes que declaran
la noche como dueño del desvelo,
me envuelven en su mágico consuelo,
luces firmes que mi senda alumbraran.
Un sueño se despierta en su fulgor,
susurra entre penumbras tu reflejo,
y el tiempo se arrodilla ante su ardid.
Porque en tus ojos vive un gran amor,
y en ellos mi destino, fiel y añejo,
se encuentra con la paz en su adalid.
Justo Aldú
Panameño
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