pasaba

Para que me recuerdes

Para que me recuerdes, deja tu ventana abierta, que tal vez regrese. 
Para que me recuerdes, vístete de sol, arranca el azul al cielo, no te pierdas en los fangos de la soledad, y olvida las agujas del tiempo que el reloj roto ya no sabe remendar. 
Para que me recuerdes,  escóndete en los nidos de las golondrinas, y aguarda con ellas el viaje hacia el sol, la palabra que más te arde, tal vez volveré en los huecos que deja el silencio, en los vacíos de las lágrimas, allí donde calla el viento, y hasta la selva se estremece. 
Para que me recuerdes, no cortes ni las margaritas ni las amapolas, porque estaré en cada pétalo, seré brisa, y a la vez tornado delicado, terremoto como me llamabas, huracán que quema las olas del mar. 
Para que me recuerdes, ahuyenta el frío que cubre mis noches, y me congela el alma que en ti se fuga
Para que me recuerdes escucha caer los jazmines, intenta comprender por qué se enfurecen los volcanes 
Para que me recuerdes, 
 acaricia mi recuerdo, hasta que se deshaga entre tus manos, pronuncia mi nombre hasta que te duela, tal vez un día volveré. 
P. Sabag, palabras escapándose