En el lienzo del cielo,
las golondrinas danzan,
pintando con sus alas
un poema de esperanza.
Mensajeras divinas
que en sus vuelos ligeros,
tejen hilos de sueños
y secretos verdaderos.
Benditas aves,
embajadoras del amor,
que en cada gorjeo esconden
coraje y valor.
Su vuelo es un ballet
de gracia y devoción,
una danza alada
que acaricia el corazón.
Debe mi alma aprender
de su libertad sin fin;
estelas que no necesitan
un nuevo confín.
Golondrinas, musas
del aire y la creación,
en ellas encuentro yo
la luz de mi inspiración.