Se siente sangrante la herida sempiterna de un amor efímero
La soledad de tu compañía lacera mi esencia
Es estar sediento y beber de un manantial mortífero
Sentir el susurro de tu indiferencia.
Te soñé entre murmullos del anochecer
Tus manos recorrían mis sombríos secretos
desperté y solo vi su imagen fenecer
Enigma que sella mi piel como un decreto.
Nefelibata