El sol era una margarita deshojada,
Las nubes pétalos de seda esparcidos
Por una manta azul turquesa.
Como mi vida desgarrada, insatisfecha.
Sobre un fondo gris y una vela
En una alcoba ciega, nada sabe que decir.
Como el día se vuelca en la noche
El insomnio me devora las vista
En un ambiente de tensión acalorada
Lucho por sobrevivir.
Tan larga la noche
Tan corta la vida
Un rayo en la memoria distraída
Tensa el olvido esquilas desprendidas
En la luz de destellos innombrables
La angustia sobrevuela la bandera
Cubre el pecho derrotado
Giran los ojos desgastados,
Atónitos al cierre de los párpados de las mariposas.
La penumbra enrojece las sombras.
El aire no se respira, se oye.
La boca suspira incongruencias.
Un velo desbordado por el tráfago de la noche.
La escarchada yerba por el viento céfiro
En la noche que recorre las orillas,
Como cuchillos que tajan y recortan
Tatuajes malheridos sobre la piel gélida.
Marca el cenit del invierno
El sol tímido cuando deslumbra la aurora troceada.
Se corta la savia, vuela la hoja
Verso a verso huyen las miradas
Que se alejan hacia el bosque impenetrable.