Si duermes con nuevos sueños,
si escuchas a un nuevo viento,
si vuelves a echar de menos
gardenias en los recuerdos,
es que entró por tu ventana
una luz de madrugada.
Si olvidaste desventuras,
si te asaltan las premuras,
si perdiste la cordura
por la música de luna,
es que te acarició el alma
la dulce mano de un hada.
Si ya no sientes el frío,
si te nacen nuevos bríos,
si te invoca a desafío
lo más bello del destino,
es que la ilusión profesa
credenciales de promesa.
Si no te asiste el temor,
si aromas ves con color,
si hasta en la noche hay un sol
que ilumina el corazón,
es que un duende resabido
te despierta lo dormido.
Si la flor adquiere esencia,
si te das a la impaciencia,
si la fe en la providencia
regresa con insolencia,
es que un nuevo polizonte
te descubrió el horizonte.
Si la bruma es blanca nube,
si misterios se descubren,
si el amor es el que nutre
los salones del disfrute,
es que ha venido a buscarte
la magia de enamorarte.