Estas manos han nacido
en la ternura implacable de tu mirada
en el silencio que se concibe al besar tus labios
y las palabras que se guardan al abrazar tu pecho
de los latidos que se abrevian al desarropar tu cuerpo
Estas manos han soñado
las mañanas blancas inclinado sobre tu espalda
la sutileza de tu cabello entrelazando la esperanza
el realismo mágico de tu belleza entregándose en esta hora
las palpitaciones tenues del amor que se guardan en tu pecho
Estas manos son ahora
la desnudez primitiva que de tu entrega aflora
la claridad precisa de la vida que se añora
la levedad del vientre que mi hombría implora