Viajo pasajera de la muerte mientras el viento alza mi memoria,
Soy un silbido en un manjar de escoria.
Estoy cansada de ver y no sentir,
Estoy cansada de llorar y fingir.
Mi mente es una máquina rota que se compagina con mi corazón,
Un mundo tan extraño,tan extravagante como una locomotora de atezado vapor.
A veces me pregunto si debo partir,
Como el aleteo suave de un colibrí.
He perdido a la sonrisa en una lápida imborrable,
Una floral anestesiada de recuerdos afables.